Caminamos para el lado que no son las avenidas.
Nueve horas de trabajo hacen la maldición anónima
de no saber qué clase de talleres y comercios rodean mi casa,
qué lado de la vereda recibe sol a esta hora
..la montaña de bolsas de basura
parece acumulada, traida de otros barrios.
Llevo la vara en la axila izquierda, surcando
costado a costado como proa
con el impulso de ritmo que le imprimen mis pies.
Simulo usarla de sable
contra violadores y ladrones inventados.
La choco contra tachos de basura
y contra el auto abandonado de la puerta de un gimnasio.
Un profesor y dos aspirantes se asoman
y sin embargo, hoy es feriado.
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1 comentario:
9 horas diarias de trabajo hacen eso: nuestra pocilga,el barrio de nuestra pocilga, dejaron de ser nuestros. La poesía es la varita que tenemos para conjurar la maldición.
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