.
.

Bocho se acomoda,
de a poquito
va saliéndole

una palabra acerca de la causa
¡de la causa tan linda que tiene! y luminosa,
una causa con muchas ventanas a la que
si le da el viento,

le abre las persianas a voluntad:

entra el agua

y se moja el sillón

y se moja el muñeco

de tela que sirve de almohada

¡Bienvenidas a la causa! siéntanse como en la suya,
abran la heladera pero dejen
la mesada siempre libre
porque a Bocho

le cabe acostarse para recuperar la respiración
al lado de las hornallas.

.
Uno, dos
cuatro gajitos de verde, tres,
cuatro, siete gotitas de rojo

junto a la mesa de luz. La mesa
de luz está llena

de libros de poesía insoportables y de papelitos

que explican cómo curarse

algún órgano sin intoxicarse
(son de la causa de la madre;
en su causa está prohibido
esquivar a la naturaleza

forzando el clima del corazón)

...cuando Bocho tenga una causa en el campo
o con otra causa al fondo, va a pedirle

a las invitadas que se saquen la ropa

en la parrilla, digo, la verguenza,
los zapatos
y el auto del motor

.