13.7.05

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Ninguna actitud de la corteza se destaca por antipatía o por futuro de caerse cuando la higuera asegura regalos para una tarde de proezas. Las chicas están bien apoyadas sobre la rama y de a poco irán perdiendo el vértigo. Ellas y los higos se desean y se comparten entre lenguas con una fidelidad más ardua que la maleza y el barro, o el estómago y el cuchillo.

3 comentarios:

paula p dijo...

(tengo que aflojar con la z)

Anónimo dijo...

que siga...........!

Gus Nielsen dijo...

Muy bueno!!