el distinguidìsimo
sr. donante
Dr. Maximo Glüggerdamme
sus recados telèfonicos
navideños y protocolares
me tienen la cabeza
hasta los pies
gil, ladròn de organza,
gino bogani de 4ta
volvète a tu penthouse en tu paìs
no son horas para la señorita que suscribe
de seguir acà enjaulada
la depresiòn laboral
es un cerdo eterno
3 comentarios:
Sí, señor. Paula lo dijo.
Atte.
Soberbio, así de suburbio tanguero.
Cordialmente,
Yo.
si usté quiere haga público el mail de ese señor detestable. Cada uno de nosotros, los que sufrimos el encierro oficinal, sabremos el rostro de quién (molestos odiosos nunca faltan)poner en lugar de ese señor con tantas consonantes, y así cagar a puteadas epistolarmente a un desconocido.
Si me sobresalte es porque debo decir que me he sentido tocada por sus palabras.
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